22 abr 2020

La compra

18. La lista de la compra y el dinero justo. Y llegaba al mercado, cada puesto con su pequeño número encima reluciendo frente a mis ojos. 

Me solía quedar fascinada delante de la piel blanca, como enaguas recién almidonadas, que siempre lucía la casquería en su mostrador. Recuerdo que los ojos yertos, inertes de las cabezas de los corderos, te perseguían impávidos, avergonzados por su propia desnudez, implorando ser cubiertos.




Después de pedir la vez, buscaba frenéticamente la lista y el dinero pero nunca estaban. Jamás llegué a comprender el misterio que habitaba detrás de esas desapariciones. Salía de nuevo y agarraba el dinero con fuerza, prestaba toda mi atención segura de que no volvería a pasar, siempre en vano. 



19. Sentí herido mi amor propio cuando mi hermana pequeña empezó a ir a la compra en mi lugar. Pese a que tenía seis años menos que yo, siempre supo conservar la lista y el dinero íntegros. 


Texto ®hilosylaberintos